La corbata, un atributo fálico y un indicador social, no es un accesorio insignificante: está reservado para las profesiones terciarias y no está permitida en las obras, talleres y fábricas, donde podría resultar peligrosa. Su material, lana, seda, rayón ... da una indicación de la posición social de quien la ostenta. Sí, ostenta, como un pájaro hace alarde de su adorno de colores para hacerle la corte a su amada! Imagen simbólica (los anglosajones muestran claramente el sentido: tie = lazo) que puede conectar los mundos femenino y masculino (el señor la usa, la señora hace el nudo ... ¿quién ata a quién?) E incluso atarlos: es fácil de extrapolar un tanto y compararlo con la serpiente del Jardín del Edén! Una serpiente persuadida y domesticada por la artista Rüstha Luna, que la envuelve y la enrosca para convertirla en un accesorio femenino, un adorno único.